La Señora Rodríguez Realiza una EvaluaciónInterna para Medir el Desempeño del Programa
La señora Rodríguez se estaba preparando para la visita de fin de año de la señora Herná ndez, Coordinadora de Planificación Familiar Estatal del estado de Mendoza. Como supervisora zonal de planificación familiar de la Zona 3, la señora Rodríguez está a cargo de la supervisión de los servicios de planificación familiar en las cuatro clínicas de la zona. La Clínica Costera, ubicada en Puerto Méndez, una ciudad portuaria, cuenta con una enfermera que suministra todos los métodos de planificación familiar ofrecidos por el programa—DIU, píldoras, inyectables y condones. Los clientes que buscan servicios de esterilización son referidos al hospital central de Puerto Méndez. Los clientes que son atendidos en la Clínica Costera tienen familias má s pequeñas y la mayoría de las mujeres ha completado sus estudios secundarios.La Clínica de la Sierra está ubicada en San Felipe, una ciudad con un nú mero de habitantes similar al de
Puerto Méndez. La enfermera del lugar está también capacitada para proveer todos los métodos ofrecidos por el programa y refiere a los clientes que desean servicios de esterilización al hospital de Puerto Méndez. Aproximadamente la mitad de los clientes atendidos por la Clínica de la Sierra han inmigrado recientemente a San Felipe de las á reas rurales. Las dos clínicas rurales — la Occidental y la del Norte—comenzaron a ofrecer servicios en 1995 en un esfuerzo por llegar a la población rural. Ambas clínicas prestan servicios a mujeres que tienden a tener familias numerosas y que son menos educadas que las que acuden a las clínicas urbanas. La enfermera en cada una de estas clínicas suministra píldoras, inyectables y condones y refiere al hospital de Puerto Méndez a aquellos clientes que buscan servicios de esterilización. La Clínica Occidental está ubicada en un pueblo de tamaño mediano en la región geográ fica má s grande de la zona. Los caminos son transitables nueve meses al año, pero es posible que permanezcan cerrados por muchos días durante la época de lluvias. La Clínica del Norte presta servicios a una región má s pequeña que la de la Clínica Occidental, pero tiene una población un poco má s numerosa.
La señora Rodríguez se dio la vuelta cuando escuchó que golpeaban su puerta. "Ah, señora Herná ndez, le ruego que pase y tome asiento" dijo la señora Rodríguez. Las dos mujeres conversaron durante varios minutos mientras tomaban un refresco y luego comenzaron a discutir sobre el desempeño del programa durante el año pasado.
"Cuando nos reunimos para discutir con respecto a diversos temas a principios de este año," comenzó la señora Herná ndez, "nos pusimos de acuerdo en dos objetivos de largo plazo para el programa—aumentar el nú mero de clientes que usan métodos de mayor duración y ampliar la cobertura en las á reas rurales. En base a lo que usted sabe, ¿Piensa que el programa está logrando esos objetivos?"
"Bueno, como usted ya sabe he centrado mis esfuerzos en evaluar nuestro programa este año," respondió la señora Rodríguez. "He revisado todas las estadísticas de servicio recopiladas desde que la Clínica Costera y la Clínica de la Sierra se abrieron a fines de 1993. También he solicitado a cada una de las clínicas que realizara entrevistas a los clientes a la salida de la clínica para determinar el grado de satisfacción de los mismos con los servicios recibidos, y todos hemos participado en la revisión de las cifras de la clínica, de modo que contamos con una buena cantidad de datos. Acabo de completar otra rueda de visitas a las clínicas. En cada una de ellas he sostenido reuniones personales con el fin de discutir sobre el avance logrado y cuá n bien estaban marchando las cosas y si el personal pensaba que la clínica estaba logrando los objetivos de largo plazo del programa."
"Demos un vistazo a las estadísticas de servicio en primer lugar para determinar cuá l ha sido el nivel de desempeño en general para este año," sugirió la señora Herná ndez. Después de revisar las estadísticas, la señora Herná ndez preguntó, "¿Qué supo acerca del desempeño de cada clínica en particular?"
"Me siento tan contenta de que hayamos desarrollado cifras de base para las aceptantes de la píldora y las usuarias de los métodos inyectables. Ahora tenemos un pará metro para medir elprogreso logrado. Habíamos anticipado que durante 1996, podríamos aumentar el nú mero de nuevas usuarias de la píldora a alrededor de 100 y de inyectables a alrededor de 65," continuó la señora Rodríguez. "Como puede ver en base a los datos, no hemos alcanzado esos objetivos. Durante mis reuniones con el personal de la clínica, sostuvimos discusiones con respecto a los hallazgos de los diversos esfuerzos de evaluación, tales como las entrevistas de salida, los aná lisis de las estadísticas de servicio y las observaciones personales. El personal de la Clínica Occidental y la Clínica del Norte acaban de completar una serie de entrevistas de salida que duró todo un mes. Sus hallazgos ayudan a explicar por qué no alcanzaron sus metas. Muchas de las mujeres entrevistadas se quejaban de que les era muy difícil regresar a la clínica con tanta frecuencia para obtener un nuevo suministro de píldoras o hacerse administrar una inyección. Las mujeres que se atendían en la Clínica Occidental dijeron que generalmente les tomaba medio día hacer el viaje y que muchas de sus amigas les habían dicho que estaban interesadas en usar la planificación familiar, pero que no tenían tiempo de efectuar el viaje a la clínica. Usted podrá ver en base a las estadísticas de servicio que el desempeño es bastante consistente entre las dos clínicas rurales, pero no es consistente a nivel de las dos clínicas urbanas. El desempeño en la Clínica de la Sierra ha sido particularmente deficiente. El personal piensa que esto se debe a que prestan servicios a una población numerosa que inmigró de las á reas rurales y que generalmente no está bien informada acerca de la planificación familiar en general y sobre nuestros servicios en particular. La Clínica Costera tienen una buena afluencia de clientes y ha logrado superar sus metas en lo que respecta a la planificación familiar. Sin embargo, la prevalencia de ETS y SIDA constituye una fuente de gran preocupación para el personal, ya que cada vez se diagnostican má s casos por mes."
"Excelente," dijo la señora Herná ndez muy entusiasta, "La felicito por sus esfuerzos de llevar a cabo una evaluación. Al parecer realizó un trabajo exhaustivo de planificación e implementación del proceso de evaluación. Me pregunto si tuvo oportunidad de escuchar las opiniones del personal acerca de lo bien que han respondido a estos problemas y si considera que se necesita realizar má s cambios al programa."
"En cada clínica pasamos un buen tiempo hablando acerca de los cambios que al personal legustaría efectuar en el futuro," dijo la señora Rodríguez. "Durante nuestras discusiones en la Clínica Occidental, el personal sugirió comenzar un programa de distribución comunitaria para responder a las preocupaciones que los clientes habían expresado con respecto a la dificultad de llegar a la clínica. Considero que esto es algo que deberíamos tomar muy en cuenta si deseamos lograr nuestra meta de ampliar nuestra cobertura a las á reas rurales. El personal de las clínicas urbanas sugirió una mejor educación de los clientes y un mayor esfuerzo de extensión, en particular con respecto a las ETS y al SIDA. También algunas mujeres han preguntado si la clínica ofrecía el Norplant®."
La señora Rodríguez sacó una tabla resumida que mostraba las estadísticas de servicio recopiladas durante los ú ltimos tres años y las dos mujeres discutieron en torno al futuro del programa.
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